Es el nombre que reciben los reemplazos de dientes faltantes y que van asegurados al hueso del paciente, para posteriormente fabricarles la corona de porcelana con la forma del diente a reemplazar. Hoy en día, las técnicas de implantación proporcionan una amplia gama de soluciones de reemplazo.
IMPLANTE DE RAÍZ
El implante de raíz es el más popular y el más eficaz porque permite semejar el tamaño y la forma natural del diente de un paciente. Esta implantación es a menudo tan fuerte como la del diente original del paciente. La raíz artificial (una especie de tornillo) es colocada en la mandíbula bajo anestesia local, dándole tiempo para integrarse al hueso.
Una vez que el proceso de curación es completado, el paciente regresa a la clínica dental donde se le coloca la corona, es decir el nuevo diente. Este proceso generalmente dura de 3 a 8 meses. En ciertos casos, se puede restaurar inmediatamente sin esperar el proceso de curación (osteointegración).
CUIDADO DE UN IMPLANTE
Siempre se recomienda una apropiada higiene bucal para mantener la buena salud dental, esto es especialmente importante cuando un paciente ha recibido un implante dental. Cuando los dientes y encías no son limpiados correctamente, las bacterias pueden atacar áreas sensibles en la boca, esto hace que las encías se inflamen y los huesos de la mandíbula pueden retroceder gradualmente. La recesión de la mandíbula debilitará los implantes y tarde o temprano hará que sea necesario remover el implante. Es aconsejable que los pacientes visiten a sus dentistas al menos dos veces por año para asegurar la salud de sus dientes e implantes.