Una resina compuesta o los llamados “rellenos blancos” son los más usados hoy en día. Estos pueden igualar el color de los dientes existentes. Como con la mayoría de las restauraciones dentales, los rellenos de resina no son permanentes, esto quiere decir que en un futuro deberán ser sustituidos. Sin embargo, este tipo de rellenos son muy resistentes y durarán muchos años, dándole una sonrisa natural y hermosa. Los rellenos de resina por lo general son colocados en una sola cita. Mientras el diente es anestesiado, el dentista quitará la caries. Posteriormente el espacio creado será limpiado a profundidad para ser preparado antes de que el nuevo relleno sea colocado.
Una vez realizado este procedimiento el relleno es colocado, buscando formar y restaurar su diente a su forma y función original. Recién le sea colocado algún relleno compuesto es normal experimentar un poco de sensibilidad ante cambios de calor y frío en la boca, sin embargo esta sensación disminuirá poco a poco después de que su diente se adapte al nuevo relleno.
Al concluir su tratamiento, le serán brindadas instrucciones sobre el cuidado posterior. El conservar buenas prácticas de higiene bucal y visitas dentales regulares ayudarán a prolongar la vida de sus nuevos rellenos.